martes, 20 de julio de 2010

Los niños inmigrantes tutelados toman más drogas

que los reagrupados


El 45% de los no acompañados ha consumido cannabis al menos una vez
El porcentaje es del 28% en el caso de los que viven en España con su familia
Olga R. Sanmartín Madrid


En el siempre difícil proceso migratorio, tienen más que perder los que, a su llegada a España, no tienen a sus familias esperándoles. Los niños que cruzan el Estrecho en una patera o en los bajos de un camión caen con más facilidad en la droga que los que han sido traídos por sus padres.
Lo dice un estudio elaborado por la Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes de España (Atime), que señala que el 45,7% de los menores extranjeros no acompañados, los llamados menas, ha consumido cannabis al menos una vez en su vida. El porcentaje es del 28% en el caso de los menores extranjeros reagrupados por sus familias y del 35,2% en el caso de los menores españoles.
"Se puede considerar que los menores extranjeros no acompañados en España están más expuestos al riesgo de consumo de drogas que los menores reagrupados, quienes presentan tasas más normalizadas y equiparadas con la media nacional", señala el trabajo, en el que se refleja también que la totalidad de los menores extranjeros residentes en España consume, en general, un menor porcentaje de drogas, tabaco y alcohol que los españoles de la misma edad.
Sólo en el caso de la cocaína, del éxtasis líquido y de los inhaladores volátiles estos niños –en su mayoría procedentes de Marruecos, pero también de Iberoamérica, Rumanía y África Subasahariana– consumen más que los españoles.
El informe, que ha sido financiado por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad y Política Social, se realizó en Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid a partir de 260 entrevistas. Los investigadores contabilizan 4.337 menores reagrupados y 1.834 menores extranjeros no acompañados; es decir, un total de 6.171.
En la investigación se destacan las "ingenuas expectativas" que tenían estos menores antes de partir hacia España y la desilusión al darse de bruces con la realidad, una vez llegaron a nuestro país. Sólo el 25% de los menores reagrupados vio cumplidas estas expectativas. La cifra es todavía menor –el 17%– en el caso de los menores no acompañados, que son tutelados por las comunidades autónomas y que experimentan un fuerte sentimiento de pérdida respecto a sus seres queridos. Y más soledad. Y más desamparo.
"Los datos son escalofriantes. Dan bases científicas de que estos menores realizan el proceso migratorio a ciegas, sin saber qué les va a ocurrir", ha explicado esta mañana, en rueda de prensa, la socióloga Nuria Cano, coordinadora del estudio.

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