miércoles, 7 de febrero de 2007

AVILÉS

La casa de los «sin techo», a plena ocupación


El albergue de transeúntes atendió a 955 personas en 2006, la mayoría con problemas de drogas y salud mentalEl albergue de transeúntes de Avilés cumple dos años. Durante ese período de tiempo han pasado por las instalaciones cerca de 2.000 personas que buscan un lugar donde dormir, comer, asearse o pasar el tiempo libre. La instalación cuenta con un centro de día que ofrece talleres de higiene y salud.El albergue de transeúntes celebrará en febrero su segundo año de vida. Durante este período han pasado por las instalaciones cerca de 2.000 personas que buscaban un lugar donde dormir, asearse, comer o, simplemente, un espacio donde pasar parte de su mucho tiempo libre. «Era un recurso necesario», asegura María Luisa Espina, trabajadora social del centro. Antes había un albergue gestionado por Cáritas, aunque, según Espina, «estaba en malas condiciones y daba una escasa cobertura». «Éste es un edificio nuevo, con mucha luz, y eso es un condicionante positivo para mitigar la violencia. Aquí estamos convencidos de que un espacio nuevo se respeta más», añadió. Durante el año pasado acudieron al albergue un total de 955 personas (831 hombre y 114 mujeres). «En la mayoría de los casos son personas que están en una situación que denominamos «cronificada» y que ya tienen un problema con el alcohol, la adicción a drogas o el juego. También hay casos en los que no hay nada de eso, pero que por una determinada situación familiar o laboral se ven abocados a tener que venir aquí. Son sobre todo personas con problemas de salud mental que han perdido todos sus vínculos familiares, que no tienen casa, ni trabajo a los que salir de esa situación les resulta muy difícil», explica la trabajadora social. Mujeres La media de edad de las personas que usan estas dependencias municipales es de 40-50 años; un número importante de ellas están separadas. María Luisa Espina comenta que en los últimos tiempos ha crecido el número de mujeres que acuden al albergue y también de jóvenes (97 en total). «Ahora las cosas están cambiando. La droga, sobre todo, afecta tanto a hombres como a mujeres», señala. En el centro también se empieza a notar la presencia de los extranjeros no comunitarios. En el último año acudieron 71 inmigrantes. En el albergue de transeúntes de Avilés trabajan ocho personas: educadores, trabajadores sociales y una gobernanta. Cada día, 21 personas tienen plaza para dormir. Hay, además, una habitación familiar, para casos derivados de personas con hijos. Los «sin techo» pueden acudir una vez al mes durante tres días. «Se hace así para que la situación no se cronifique, aunque puede haber casos especiales», explica Espina. La trabajadora social comenta que a aquellos que quieren regularizar su situación y dejar la calle se les da una oportunidad, aunque también se lo proponen a aquellos que no muestran «ningún interés». «Siempre que alargamos la estancia es para buscar un recurso alternativo, como encontrar un trabajo», añadió Espina. Centro de día En el albergue de transeúntes también se organizan talleres y tienen en marcha un centro de día donde los necesitados pueden ver la televisión, charlar con otras personas, lavar la ropa y acudir a los cursillos de salud o higiene. Algunos también dejan las señas del centro municipal para que les manden el correo. «Queremos ser un punto de referencia para que, si tienen alguna duda, responderles; un sitio al que puedan venir», dijo la trabajadora social. Por ese motivo, tiene contacto directo con otro tipo de asistencias, como la médica, la laboral o la jurídica. La dependencia municipal tiene la intención de poner en macha más actividades dentro del centro de día. «Si tienen ocupado su tiempo libre, disminuye la criminalidad y el daño social. También les abres otras perspectivas o, por lo menos, pasan un rato entretenido», concluye María Luisa Espina.

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