jueves, 29 de marzo de 2007

EL DUENDE ESTÁ DE LUTO

Es tu nombre, Federico
el que abandera la frente
que mil lunas quemaron.
El silencio y el trigo
en la tierra se encienden
y en la noche gitana
caracolea el duende.
Tu verso es una hoguera
donde el pueblo de bronce,
enamora sus penas
y cultiva sus paisajes.
Donde tu voz lastrada
filosofea y canta,
y cuando está contenta,
se hace guitarra y viento.
Las mariposas liban
tus mejores secretos
y en la fragua del parque
se esculpen tus sonetos.
Donde la higuera encinta
rememora tus tardes
y los nardos galantes
por tu huerto se esparcen.
Quisiera ver mis rimas
al pie de tus cristales,
y cabalgar a lomos
de tus atardecidas.

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