Se ha escrito hasta la saciedad de los mitos y supersticiones que entorpecen y mediatizan el devenir diario y a veces también el profesional del ser humano.
Estos fenómenos ya clásicos en los últimos tiempos se han visto acompañados por otros hechos o acontecimientos derivados tal vez de los tiempos vertiginosos que vivimos, en los cuales el ser humano adquiere un protagonismo excepcional donde los fenómenos anteriormente dichos, tales como la cíclica aparición de los hombres, el lobo, el influjo y poderio de la luna llena, las meigas galaicas o las sorgiñas euskaldunas ocupan un destacado segundo plano ante la influencia que los cambios climáticos que ultimamente se producen.
El ser humano se deja llevar por sus instintos y estos a su vez se "aromatizan" y se acomodan a las circunstancias de cada uno.
Así es frecuente tropezar con seres que, por lo general, se muestran organizados y consecuentes a la vez que correctos, para ser personas propensas a polemizar por cualquier acontecimiento y en ocasiones, mostrar todo lo peor de si mismos, el personaje airado que todos llevamos dentro, aunque adormecido para dar paso al airado, al "broncas", que hacen la vida de los que le rodean insoportable.
Aboguemos pues, por que el cambio climático por fin este lleno de Arco-Iris y que la madre naturaleza guié nuestros instintos hacia hechos mas nobles.
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